El cambio climático se identifica como uno de los principales riesgos
del Grupo, y nuestro objetivo es desarrollar resiliencia climática
mediante el fortalecimiento de nuestro enfoque en actividades
de mitigación y adaptación. Su gestión es parte de nuestro sistema
integrado de gestión de riesgos, a través del cual monitoreamos
constantemente el progreso y nuevas soluciones para mejorar
nuestra gestión de riesgos.
Seguimos las recomendaciones del Task Force on Climate-related
Financial Disclosures (TCFD) para evaluar los riesgos físicos y de
transición del cambio climático desde una perspectiva financiera,
priorizando su impacto en acciones a corto, mediano y largo plazo.
Revisamos anualmente el apetito de riesgo asignado a cada riesgo
principal.
En cuanto a los riesgos físicos, somos conscientes de cómo estos
podrían impactar nuestras operaciones a largo plazo. Eventos de lluvia
extrema, temperaturas más altas, eventos de polvo por vientos fuertes y
reducción del suministro de agua debido a la sequía son algunos de los
posibles efectos del cambio climático. Estos pueden impactar nuestras
operaciones causando restricciones o suspensiones de nuestras
actividades, interrupciones logísticas debido a oleajes en los puertos y
posibles daños a la infraestructura. Abordar estos riesgos requiere
desarrollar soluciones viables dentro de las empresas y en todo el Grupo.
Las medidas de adaptación que hemos implementado hasta la fecha
incluyen la construcción de una planta desalinizadora para Los
Pelambres y el uso de agua de mar sin desalar en Centinela y Antucoya.
Para comprender el impacto financiero de los riesgos de transición,
nuestro caso de cambio climático considera el escenario “Emisiones
Netas Cero para 2050” de la Agencia Internacional de Energía (escenario
NZE de la AIE), un escenario ambicioso y ampliamente reconocido que
se alinea con la limitación del calentamiento global a 1,5°C y proporciona
una visión global y contexto sobre una transición baja en carbono.
Este escenario está alineado con el plan de descarbonización del Grupo y
se ha utilizado desde 2023 para nuestro análisis de escenarios de cambio
climático. En el escenario NZE de la AIE, los precios de los combustibles
fósiles disminuyen debido a la baja demanda, y los costos más bajos se
compensan con la introducción de impuestos al carbono para fomentar
la transición baja en carbono. Alineados con este escenario, hemos
cuantificado el impacto financiero potencial de la introducción de
un impuesto al carbono, incluyendo un análisis de nuestro plan de
descarbonización e identificando oportunidades como cambiar las fuentes
de energía, reducir el consumo de diésel en los camiones mineros (CAEX)
y reemplazarlo por consumo de energía eléctrica.